Jocelyn Wildenstein, de 62 años, acudió al cirujano plástico para su transformación en la verdadera “Gatúbela” para reconquistar a su marido, que la había dejado para irse al África a cuidar la fauna felina salvaje.
A través del tiempo, la cara de Wildenstein se fue inflando, achatando, acentuando en pómulos y mentón, y sus ojos fueron adquiriendo de los de un gato. Al parecer, la lógica de la mujer (recuperar a su excéntrico y rico marido al asemejarse a uno de sus amados gatos) surtió efecto. Al menos temporalmente, porque el hombre, Alec Wildenstein, volvió a su “verdadero amor” y olvidó a Jocelyn, la mujer gato.
Por suerte nosotros tenemos un creador que está ayudando a que no se extinga la raza felina-humana. Gracias Ideas del Sur !
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