El segundo marido de Ingrid Betancourt, Juan Carlos Lecompte, confesó que la relación entre los dos desde el rescate de la ex candidata a la presidencia de Colombia " ya no es la misma" y que "el amor por mí pudo habérsele acabado en la selva".
Lecompte tenía la secreta esperanza que los padecimientos, humillaciones y torturas a las que se sometió Betancourt durante su secuestro de 6 años hagan parecer a su relación con él como "un paraíso", pero esto no funcionó así. La ex-candidata le confesó que "prefiere cagar en los yuyos 6 años más antes que compartir una cama de 2 plazas con él", y que, luego de 6 años "ha perdido la costumbre de depilarse y no quiere volver a esa dolorosa rutina".
A su vez, luego de ver a 258 guerrilleros haciendo sus necesidades en la selva concluyó que lo que tenía su marido no eran 25 cm como el alegaba, sino más bien 2,5, y que esto constituía una "grave traición a la confianza de la pareja".
Otra comparación odiosa que hizo fue "dormí con un oso que agonizaba y hacía menos ruido que vos cuando roncás".
Algunos investigadores aseguran que este caso demuestra las hipótesis que "no hay mal peor que el matrimonio", y que "la distancia mata a la pareja".
Algunas feministas le aconsejan que el también tome algunas costumbres de la jungla y que de ahora en adelante se haga "la del mono" y se olvide de Betancourt.
2 comentarios:
Jajajaj...muy bueno!!
un poco fuerte para mi gusto,. pero bueno, humor negro no deja de ser humor.
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