domingo, 31 de agosto de 2008

El juicio y el público




Chabán en la última semana, coincidiendo con el inicio del juicio oral y público por Cromagnon, ha desarrollado un cambio de conducta y de aspecto que algunos tildan como estratégico. Quizás Omar Chabán o sus abogados se dieron cuenta que muchas veces la justicia dictamina lo que el público o el inconsciente colectivo ya juzgó. En ese contexto, es muy útil redimirse con la audiencia antes que con los jueces, usando espacios de los medios como prolongaciones naturales del banquillo de los acusados. Más allá del show mediático, la falta de independencia de la justicia es cada vez más posible de ser utilizada por los acusados y la prensa como ámbito de co-enjuiciamiento. La imagen vieja de Chabán como loco sufriente, ambicioso y huraño era mucho más posible de ser condenada que su nueva imagen de mesías neohippie filosófico y deprimido. Todo esto podría o no ser casualidad, pero la imagen pública muchas veces determina la opinión pública, que a su vez puede torcer un fallo.
Probablemente lo políticamente correcto sea encarcelar a Chabán y la justicia no se va a apartar de esto, pero también es cierto que la nueva conducta de Chabán es más audaz y quizás efectiva que su anterior estado.

P
rimero se llevaron a los judíos, pero como yo no era judío, no me importó. Después se llevaron a los comunistas, pero como yo no era comunista, tampoco me importó. Luego se llevaron a los obreros, pero como yo no era obrero tampoco me importó.
Más tarde se llevaron a los intelectuales, pero como yo no era intelectual, tampoco me importó. Después siguieron con los curas, pero como yo no era cura, tampoco me importó. Ahora vienen a por mí, pero ya es demasiado tarde. (Bertolt Brecht)